¡No eres tu resonancia magnética!

Desmitificando la Relación Directa entre Hallazgos en Resonancias Magnéticas y Síntomas: Evidencia Científica Actual

Resonancia magnética cervicalEl dolor musculoesquelético es una entidad altamente prevalente en los países industrializados, por ejemplo el dolor lumbar afecta aproximadamente a dos tercios de los adultos en algún punto de sus vidas, con consecuencias sustanciales en los costos sanitarios y la productividad. A pesar de las recomendaciones desfavorables en las guías de práctica clínica, se ha evidenciado un incremento en la utilización de resonancias magnéticas (RM) y tomografías computarizadas (TC) en la evaluación de pacientes con dolor lumbar crónico.

Contrario a las expectativas, los resultados de las pruebas de imagen, particularmente en RM y TC, no siempre correlacionan con la causa del dolor y conducen a abordajes ineficientes en la práctica médica. La evidencia científica ha demostrado ampliamente la falta de relación entre lo que aparece en las imágenes y los síntomas de los pacientes, siendo bastante frecuente la presencia de alteraciones en individuos asintomáticos.

La revisión sistemática realizada por Brinjikji y colaboradores revela que los hallazgos comunes, tales como pérdida de señal discal, protusión y artropatía facetaria, exhiben una prevalencia significativa en individuos asintomáticos, incrementándose proporcionalmente con la edad.

 

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La alta sensibilidad de la RM para detectar cambios degenerativos no está exenta de desafíos interpretativos. Horga y colaboradores investigaron la prevalencia de hallazgos en RM de rodillas en adultos asintomáticos y con puntuaciones superiores a 90/100 en el índice KOOS que valora la función y el dolor en la rodilla , encontrando que el 97% presentaba anomalías estructurales. Lesiones meniscales: el 30 % de las imágenes mostraba roturas meniscales, la mayor parte en el menisco interno (93%) y en el cuerno posterior de este (91%) y el 18% mostraba degeneración meniscal; Alteraciones del cartílago: el 62% de las rodillas evaluadas presentaba anomalías en el cartílago. Grado 1 (20%), Grado 2 (19%), Grado 3 (19%), Grado 4 (31%). El 57% de estas anomalías estaban en la región femoropatelar;  Edema óseo: el 52% de los pacientes presentaba esta condición, el 18% presentaba edema de grado 1 (leve), el 25% de grado 2 (moderado) y el 7% presentaba edema de grado 3 (severo). La región femoropatelar es la más afectada (43%), modificaciones en tendones: el 46% de las rodillas evaluadas presentaban alteraciones en los tendones. EL 22% presentaban cambios mínimos en la intensidad de señal, el 21% cambios moderados y el 6% presentaban alteraciones severas en el tendón. El tendón rotuliano es el más prevalente con un 27% y el cuadricipital con un 17%. y ligamentos: el 38% de las rodillas presentaban anomalías de este tipo. El 35% presentaban alteraciones leves como engrosamiento y el 3% lesiones de grado 2 o rotura parcial. El ligamento cruzado anterior es el más afectado (34%), desafiando la concepción tradicional de que estas anomalías siempre se correlacionan con la sintomatología.

 

La cadera es otra de las regiones estudiadas que confirman esta premisa, Register y colaboradores informan que el 73% de las caderas evaluadas presentaban anomalías detectables por RM. Lesiones en el labrum encabezaban la lista (69%), seguidas por defectos en el cartílago (24%), edema óseo acetabular (11%) y lesiones en el ligamento redondo (2,2%). Además, se observa una correlación entre la edad y la prevalencia de lesiones, siendo los individuos mayores más propensos a presentar estas anomalías.

 

El llamado Impingement Femoroacetabular (FAI), una entidad relacionada con el dolor de cadera, revela una discordancia interesante entre la presencia de anormalidades en las imágenes y la sintomatología clínica. La revisión sistemática de Frank y colaboradores pone de manifiesto que más del 50% de los individuos asintomáticos presentan hallazgos en pruebas de imagen relacionados con la FAI.

 

El hombro tampoco es ajeno a esta circunstancia, estudios llevados a cabo en deportistas como escaladores, pitchers y jugadores de polo, arrojan hallazgos anormales con una alta prevalencia, a pesar de la ausencia de síntomas evidentes. Alteraciones en tendones (80%), labrum (69%) y cartílago (57%) son comunes en estas cohortes, desafiando la noción de que la presencia de cambios estructurales siempre se traduce en sintomatología.

 

En resumen, la interpretación de los resultados de las pruebas de imagen, especialmente en el contexto del dolor musculoesquelético, debe ser abordada con precaución. La ausencia de correlación entre la presencia de hallazgos estructurales y la sintomatología sugiere que la interpretación debe integrarse con la presentación clínica y el contexto individual del paciente. La complejidad del dolor musculoesquelético y su relación con las imágenes radiológicas demandan un enfoque holístico en la práctica clínica.